Cada etapa evolutiva se caracteriza por una serie de miedos que se consideran normales.
Por ello, hay que saber diferenciar si se trata de un miedo relacionado con el desarrollo normal del niño o hay algo más.
Cuando no se trata de un miedo evolutivo, el tratamiento psicológico basado en técnicas conductuales de exposición se ha demostrado eficaz para que el niño vaya superando sus dificultades y se sienta más seguro ante ciertos estímulos o situaciones.